viernes, enero 05, 2007

Zonas ciegas: Espíritu de vergüenza

I carry two

En mi caminar cristiano muchas veces el Señor me decía “No tengas miedo”, entonces yo comparaba mis circunstancias y decía “OK, no tendré miedo, pero debes de admitir que mis condiciones son un tanto adversas” aun diciendo esto, Él me continuaba diciendo “No tengas miedo!”.

El espíritu de vergüenza crea temor ennosotros.
Temor a rechazo.
Temor a la burla.
Temor al fracaso.
Temor a que nos griten.
Temor a todo lo que pueda dañar nuestro frágil corazón.

Salmos 44:15-16
15 Cada día mi verg:uenza está delante de mí,
Y la confusión de mi rostro me cubre,
16 Por la voz del que me vitupera y deshonra,
Por razón del enemigo y del vengativo.
Isaías 54:4-5
4 No temas, pues no serás confundida; y no te avergüences, porque no serás afrentada, sino que te olvidarás de la vergüenza de tu juventud, y de la afrenta de tu viudez no tendrás más memoria.
5 Porque tu marido es tu Hacedor; Jehová de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado.

Un día mientras esperaba el autobús, el Espíritu Santo trajo a mi memoria un recuerdo. Anteriormente había recordado este caso y dentro de mí pensaba “Ese evento cambio mi vida”. Por pedazos iba reconociendo como ese evento me hizo una persona distinta, pero nunca había meditado esto bajo la luz del Espíritu. Cuando me di cuenta que era el mismo Espíritu el que deseaba recontar ese evento, me quede quieta y recordé.

Un viernes una amiga fue a dormir a mi casa, al día siguiente teníamos un paseo del Colegio. Durante la noche nos divertimos mucho aunque mi mama no pareció gustarle mucho nuestro gozo. Cuando llego la mañana y era el momento de alistarnos todo se desato en mi casa y mi madre grito cuanto salio de su corazón y nos acuso de que no íbamos a ningún paseo del colegio, sino que íbamos a hacer otra cosa. Mi amiga salio despavorida de mi casa; yo me quede encerrada en mi habitación llorando, no podía creer lo que ocurría, de donde había mi mama sacado todo esto y ¿quien creía ella que era yo? Como saldría yo de mi casa bajo un pretexto para hacer fechorías. Al cabo de unos minutos me di cuenta que mi madre había salido y cuando volvió me dijo “fui al colegio y vi a tus compañero, puedes ir al paseo” me quede casi muda, después de tanto insulto y bochorno así de simple me decía “Puedes ir” yo rechace su permiso y me quede en esa habitación y al mirar atrás me doy cuenta que nunca volví a salir de ella, la adolescente que fue marcada ese día fue quien fui hasta hace poco tiempo, hasta que el Espíritu Santo me liberto.

El siguiente Lunes, mis compañeros de escuela se burlaban de mí como hacen todos los adolescentes, y no solo eso sino que mi amiga contaba su aventura de cómo logro salir de las garras de mi madre y las obscenidades que grito, esto logra que yo me encerrara en mi aun más y desde ese entonces nunca mas fui con ellos como antes. Después de salir regularmente con mis amigos de colegio comencé a quedarme retraída o solo asistía a pequeñas reuniones. Iba a muy pocos paseos, en fin, mi corazón se lleno de dolor, de odio y de vergüenza. Vergüenza por todo lo que había pasado, vergüenza por lo que contaron ese día, vergüenza de que me volviera a ocurrir.

El espíritu de vergüenza en mi vida:
Desde ese entonces fue difícil para mí relacionarme con personas de una manera regular o amistosa, me cohibía me asustaba que ellos supieran que en mi vida algo andaba mal.

Me era increíblemente difícil pedir ayuda porque pensaba que se podían burlar de mí o menospreciarme. En total, me era difícil todo lo que fuese relación interpersonal por la cuestión de la vergüenza. No quería pasar por un momento desagradable, no quería ser avergonzada, entonces mi corazón levanto sus muros fortificados y yo quede encerrada dentro de ellos.

De esta manera entro el espíritu de vergüenza en mi, pero con la ayuda del Espíritu Santo y perdonando verdaderamente a mi madre y mis compañeros de colegio pude ser libertada. No necesite asistir a un seminario de liberación! En la misma parada de autobús fui libre!

Ahora?
Desde ese día, no me molesta pedir un favor amistoso, no me molesta permitir que alguien entre a mi vida, no me molesta que vean mis debilidades, no me molesta que me digan “Hoy no, ven mañana”. Dios me liberto y es lo que importa.
El Desierto es el lugar donde encontramos e identificamos todos estos obstáculos que no nos permiten alcanzar la estatura de Cristo. El deseo de nuestro Dios es que todos lleguemos a ser a la imagen y semejanza de su hijo Jesús en el cual Él tiene complacencia, pero para esto pasamos por un proceso de restauración y sanidad.

Aunque nuestros pecados son perdonados al llegar a Cristo hay un sin numero de trampas que el diablo planta en el transcurso de nuestras vidas para que NUNCA lleguemos a ser quien Dios pensó que fuésemos, esta de nosotros identificar con ayuda del Espíritu Santo estas zonas ciegas, arrepentirnos de ellas y perdonar con libertad; entonces y solo entonces llegaremos a ser verdaderamente libres porque dice la Palabra “Perdónanos como así también perdonamos a los que nos ofenden” parafraseando.

Espero y este escrito traiga luz a muchos que se encuentran en cárceles mentales por culpa de el espíritu de vergüenza.

Que la gloria de Dios destruya toda fortaleza y cada uno sea libertado para la gloria y honra de nuestro Señor Jesucristo.
Amen!

2 comentarios:

Jesurun dijo...

Gracias a Dios por tu vida y por la palabra que has escrito, ha sido de grande bendición para mí.

Este artículo es parte de la respuesta que el Señor está dando a mi vida, está trayendome libertad en muchas áreas. Tu experiencia es muy parecida a la mía (aunque no fue en la misma situación) y aún muchas de las palabras que usas son como una respuesta directa del tercer cielo.

Gracias y que el Señor haga resplandecer cada vez más su rostro sobre tí!!!!

atte.
Diana Afrodita Ramírez Elías.

tania dijo...

Diana, me maravilla lo que me dices. Solo te doy un consejo, nunca dejes de escuchar la voz del Espíritu Santo. Muchas bendiciones para ti!